Ya no podemos verlo de otro modo:
se sumaron los mágicos indicios
abruman las simétricas historias
-los conjuros benévolos
a veces, intimidan-
está dado. Es.
Si se invierte el objeto
(tomándolo del pie, cabeza abajo)
se lo traslada o se disfraza
retocando para bien o para mal
su rostro, su auténtica,
objetiva, conformación
que puede así advertirse, si se ensaya
cambiarlo de color
o decorarlo,
si se intenta
someterlo a las pruebas más absurdas
será siempre lo mismo. Está dado.
Es así.
La cualidad del ser que aquí se nombra
ha ganado su topos más lejano
(aquel de lo infinito)
desde un punto cercano a la materia
porque también allí
es tensión
y equilibrio.
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